Las necesidades de los centros de datos cambian conforme las aplicaciones de negocios alteran su rumbo, crecen o mueren. Los encargados de los centros de datos pueden elegir quedarse con su propia capacidad en sitio (on-site) o migrar todas sus aplicaciones a una nube pública y compartida, e incluso hay quienes también pueden elegir rentar espacios en data centers multiusuarios (MTDC), mudándose de sus propias instalaciones. De igual forma hay un punto medio en el que los negocios combinan todas estas alternativas en una solución mezclada. Pero, ¿cómo se puede decidir qué alternativa es la mejor para la empresa? ¿Cuándo y cómo actualizarlos?
Como es natural, hay pros y contras a cada modelo de centro de datos, a continuación analizamos las principales opciones según explica desde CommScope, James Young, Technical Director Asia Pacific.
Centros de datos On-Site
Bajo este esquema se manejan los centros de datos desde su propia localización, con lo que se mejora la eficiencia para algunas necesidades de negocios, sin embargo, también requiere de cierto tipo de mantenimiento. No obstante, sin una ‘bola de cristal’ para ver el futuro resulta difícil escalar la inversión, pues un paso en falso implicaría que el costo podría ser mucho más alto que otras opciones.
“Aunque con los avances tecnológicos se puede pensar que los Centros de Datos en sitio son ‘dinosaurios’, existen varias razones por las cuales las compañías pueden elegir esta opción. Por ejemplo, compañías de seguro y bancos has estado usando las mismas aplicaciones por un largo tiempo – son parte de las capacidades principales de la organización y son consideradas como ventajas estratégicas. También hay compañías que manejan grandes cantidades de datos, como compañías petroleras o de gas. Mudar esos datos a una localización diferente –como la nube– resulta muy caro y precisa invertir mucho tiempo”, explica James Young.
Computación en la nube
Desde el punto de vista de las empresas, la tendencia definitivamente apunta a incrementar el uso de la nube con el tiempo. Cuando una organización mueve sus cargas de trabajo a un entorno de nube, es distinto adaptarse a máquinas virtuales. Los centros de datos empresariales soportan muchas aplicaciones diferentes, y esto puede significar cientos o miles de máquinas virtuales, por lo que se vuelve muy complicado administrar este nuevo entorno virtual y mantener estándares altos de seguridad y disponibilidad. Pero gracias a los recursos que hoy día se encuentran disponibles, se pueden añadir herramientas de automatización y orquestación mejora de gran forma la eficiencia operacional y puede convertir múltiples máquinas virtuales en una nube privada.
Pero antes de decidirse por una nube privada, hay que considerar que los entornos privados y públicos de la nube difieren en muchas maneras. Cuando una compañía elige un entorno privado de nube, tiene el beneficio del control absoluto, e incluso los costos de operación interna pueden ser mucho menores a los cargos mensuales que involucran usar una nube pública. De igual forma, desde una perspectiva de seguridad y administración, realizar la transición hacia una nube privada es más sencillo que cambiarse a un entorno público.
Por otro lado, aunque la nube pública muda a las empresas completamente fuera del ámbito de su infraestructura, también puede ofrecer mejor seguridad que la que algunas empresas de pequeño o mediano tamaño puedan manejar por sí solas. Este entorno ofrece muchas de las mismas instalaciones que vemos en la nube privada, con la diferencia que aquí, la siguiente oleada de aplicaciones usualmente se reescribe como aplicaciones nativas de la nube que se ejecutan en plataformas públicas específicas.
“Pese a esto, las normas pueden ser un gran problema, ya que el entorno normativo no se ha puesto al día completo en cuanto a qué es posible con la nube pública, por lo cual hay varias trabas normativas que superar antes de poder migrar a una nube pública. Por ejemplo, este es el motivo por el cual muchos bancos mantienen nubes privadas dentro de sus propias instalaciones”, puntualiza el especialista de CommScope.
Centros de Datos Multiusuarios
Los centros de datos multiusuarios (en adelante MTDCs) ofrecen la habilidad de pagar por la infraestructura como una utilidad, en lugar de tenerla funcionando en instalaciones propias. Incluso algunos entornos de planificación de recursos empresariales complejos, con millones de dólares apuntados a la personalización, podrían no justificar el construir y poseer un centro de datos privado.
En este caso, puede tener más sentido adquirir espacio, energía, refrigeración y conectividad de los MTDCs; y ya que es común que los principales proveedores de servicios y contenido de nube pública también tengan presencia en los MTDCs, las empresas pueden conectarse directamente a ellas. Esto puede simplificar la planificación necesaria al tener sus nubes públicas y privadas, junto con la conectividad del portador, bajo el mismo techo.
Escogiendo modelos
Muchas compañías utilizan más de un modelo de centros de datos. Por ejemplo, una empresa puede usar la nube pública para habilitar el acceso a recursos computacionales, al mismo tiempo que ejecuta aplicaciones propias críticas para su negocio en un centro de datos dentro de sus instalaciones o en un MTDC.
Al final, “lo importante es contemplar las necesidades de las empresas, y adoptar modelos de centros de datos diferentes para cumplir con ellas. Existen muchas alternativas disponibles hoy en día, y es posible personalizar la estrategia de inversión y la ruta migratoria para implementar una combinación de enfoques de hardware y software. La nube se está volviendo más popular, los MTDCs se hacen cada vez más capaces, y los reguladores están confiando cada vez más en soluciones fuera de los locales. El truco está en usar el mejor modelo para la tarea en cuestión, que solucione las necesidades de la empresa y se enfoque de mejor manera a sus objetivos”, concluye Young.