La Fundación para el Avance de la Libertad, en colaboración con el European Policy Information Center (Epicenter), ha publicado el informe ‘Europa en la encrucijada digital’, un análisis profundo sobre los retos y oportunidades que enfrenta la Unión Europea en su transición digital. El estudio, elaborado por un equipo internacional de expertos en políticas tecnológicas, regulación digital y economía, advierte sobre la creciente brecha entre la UE y otras potencias globales como Estados Unidos y China en términos de innovación, competitividad y desarrollo tecnológico. A través de un diagnóstico detallado y propuestas concretas, el informe plantea soluciones clave para revertir esta tendencia y posicionar a Europa como un líder en la transformación digital.
El informe subraya una preocupante ausencia de líderes tecnológicos europeos en sectores clave como inteligencia artificial, computación en la nube, ciberseguridad y plataformas digitales. Mientras que en EE.UU. y China emergen constantemente nuevos gigantes tecnológicos, Europa sigue dependiendo de empresas extranjeras para el desarrollo y comercialización de soluciones digitales.
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Déficit de financiación para startups
Según los datos del estudio, este rezago responde a varios factores estructurales. En primer lugar, la Unión Europea enfrenta un déficit de financiación para startups tecnológicas, con una brecha de capitalización bursátil de 10,4 billones de euros en comparación con el promedio de la OCDE. Esta situación restringe significativamente el acceso a inversión para nuevas empresas tecnológicas, dificultando su crecimiento y consolidación en el mercado global.
Entorno regulador poco favorable
Además, el entorno regulador poco favorable a la innovación representa un obstáculo importante. Europa ha adoptado un enfoque de «superpotencia reguladora», lo que ha llevado a la imposición de normativas diseñadas para proteger a los consumidores pero que, en muchos casos, imponen cargas excesivas a las empresas emergentes. En lugar de estimular la competencia y el desarrollo tecnológico, estas regulaciones limitan el crecimiento de las compañías y reducen su capacidad de competir a nivel internacional. En este sentido, el informe subraya la importancia de simplificar el marco normativo para reducir las cargas burocráticas que dificultan la actividad de las empresas emergentes. La propuesta incluye una revisión integral del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) para hacer que su aplicación sea más flexible, especialmente en el caso de startups y pymes. Se sugiere, por ejemplo, la implementación de un «sandbox regulatorio», un espacio controlado donde las empresas puedan experimentar con nuevas tecnologías sin estar sujetas inicialmente a las restricciones normativas más rígidas.
Burocracia y fragmentación del mercado digital
A esto se suma la burocracia y fragmentación del mercado digital, ya que la falta de armonización en la aplicación de normativas como el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) y el Reglamento de Servicios Digitales (DSA) genera incertidumbre para las empresas. Esta inestabilidad normativa no solo desincentiva la inversión en el sector tecnológico, sino que también obstaculiza la expansión de las compañías dentro del mercado único europeo.
Escasa inversión en I+D
Por último, la escasa inversión en investigación y desarrollo (I+D) supone un freno considerable para la innovación en sectores estratégicos. Mientras que en Estados Unidos la inversión privada en este ámbito representa el 2,3% del PIB, en la Unión Europea apenas alcanza el 1,2%. Esta diferencia de inversión limita la capacidad de desarrollo tecnológico y coloca a la región en una posición de desventaja frente a otras potencias.
Hacen falta cambios estructurales urgentes
«Europa ha priorizado la regulación sobre la innovación, lo que ha generado un ecosistema hostil para el crecimiento tecnológico. Sin cambios estructurales, la brecha con otras potencias seguirá ampliándose», explica Vicente Moreno Casas, editor de la edición española del informe.
En definitiva, el estudio lanza una advertencia clara: sin cambios estructurales urgentes, la Unión Europea corre el riesgo de quedar relegada a un papel secundario en la economía digital global. Mientras otras potencias impulsan la innovación con entornos más flexibles y favorables al crecimiento tecnológico, Europa se encuentra atrapada en un marco regulador que, lejos de estimular la competitividad, ahoga el desarrollo de nuevas empresas y frena la inversión en sectores estratégicos. El talento y la capacidad existen y este estudio apuesta por una Europa que no solo establezca las reglas del juego, sino que también sea protagonista en la creación de la próxima generación de tecnología.