Artículo escrito por Marcos Carbonero, director general de Anadat Consulting.
El entorno cloud computing ha llegado para quedarse. Las ventajas que aporta a las organizaciones son incuestionables, pero todavía muchas no se atreven a disfrutar de todos los beneficios TI y de negocio que se pregonan continuamente. La inseguridad ante lo desconocido y, en concreto, el temor a perder el control sobre sus recursos TI y la información corporativa que fluye por ellos está ralentizando en España la adopción de modelos corporativos en la nube.
Los proveedores de tecnología tenemos la responsabilidad de transmitir confianza en este nuevo escenario con hechos contrastables y propuestas sólidas que borren sus dudas y les aporten la flexibilidad, la escalabilidad y los ahorros en costes que se vinculan siempre al mundo cloud. Tres ingredientes básicos para ‘cocinar’ empresas competitivas.
El despliegue de centros de datos virtuales en la nube es, en ese sentido, un ‘caballo ganador’. Montar y mantener un data center físico supone un alto coste en adquisición de recursos TI, gestión y actualización de los mismos, espacio y gasto energético. Hasta ahora era un coto limitado a las grandes empresas, pero el paradigma cloud permite que cualquier empresa, sea del tamaño que sea, cuente con una infraestructura con la última tecnología del mercado a su servicio.
Realizar ese viaje en solitario puede ser muy largo y complejo si las organizaciones no se apoyan en expertos que allanen el camino con propuestas probadas y que sean capaces de adaptarlas a los requisitos de cada compañía, garantizando la seguridad de los datos corporativos y el cumplimiento de la legislación. Estas propuestas se materializan en los llamados Servicios Gestionados, un nuevo modelo de consumo de TI que permite aprovechar de forma transparente los beneficios de la Nube y, lo más atractivo, pagando sólo por lo que se utiliza.
Trabajar con un socio reconocido acelera la adopción del concepto TI como Servicio y agiliza la gestión del cambio, porque la apuesta cloud en ningún momento debe ser entendida como un ‘salto al vacío’. Las organizaciones deben controlar siempre su aterrizaje en la nube pudiendo elegir qué se sube (almacenamiento, aplicaciones, escritorios, backup…) con la capacidad de poder combinarlo con su infraestructura propietaria. Este despliegue híbrido sería una primera toma de contacto con el mundo cloud al que añadir poco a poco, si así se desea, distintos sistemas.
Elegir el proveedor de infraestructura cloud (IaaS) y controlar la operativa de los despliegues son los principales retos para las organizaciones. Externalizar estas dos inquietudes en socios tecnológicos permite liberar la carga TI que, muchas veces, demanda excesivos esfuerzos en detrimento del negocio. Pero para que la iniciativa cloud sea totalmente satisfactoria y rentable es básico, desde nuestra experiencia en este sector, exigir a éstos algunos aspectos a los que las empresas españolas no deben renunciar hoy en día.
El primero, básicamente, pasa por que garanticen que los sistemas corporativos están ubicados en instalaciones que cumplen las certificaciones en seguridad ISO 2700, y que la información albergada en el Virtual Data Center no se transfiera a otros países, facilitando el cumplimiento legal en materia de protección de datos (LOPD). Además, que las instalaciones se nutran de recursos TI líderes del mercado, tengan un nivel tipo Tier IV y una tolerancia a fallos en todas las áreas técnicas.
Pero no basta con tener acceso a una infraestructura segura, ésta sólo se explotará adecuadamente si se acompaña de servicios profesionales capaces de asumir su operación, administración, soporte y monitorización 24×7 de forma alineada con las necesidades del negocio. Por otra parte, hay que garantizar la interoperabilidad entre el entorno virtual y el propietario para, si así se requiere, poder extender las capacidades de servicio apuntadas también a este último, abarcando no sólo la capa de infraestructuras sino también la de las aplicaciones.
Esta asunción de tareas debe pactarse con el cliente porque ése es otro requisito fundamental, las organizaciones nunca pueden perder el control sobre sus sistemas. Por ello hay que facilitarles accesos mediante interfaces sencillos a todo lo desplegado para que conozcan, en todo momento, sus características y, mediante sencillos clicks, puedan crear entornos virtuales y provisionar equipos directamente si así lo desean. Y aún más, incluso proporcionarles plantillas de mejores prácticas para asegurar sus despliegues.
Los socios externos deben contar con profesionales multidisciplinares para poder ofrecer soluciones integrales y centrar en una única ubicación los sistemas de la compañía, garantizando la seguridad corporativa (cumplimiento de normativas y acuerdos de confidencialidad), la seguridad lógica (todos los recursos provisionados deben ofrecerse securizados) y la seguridad física (control de accesos).
Los Servicios Gestionados también han venido para quedarse. Pero transformar centros de datos físicos en centros de datos virtuales en la nube es una tarea crítica en la que hay mucho en juego. Contar con la complicidad de socios con propuestas sólidas y experiencias contrastadas es un aval para adentrarse en este nuevo modelo sin miedo y aprovechar desde el primer momento sus muchos beneficios.